Todos los personajes no tienen una risa exagerada, por suerte hay algunas, dentro de lo que cabe, medianamente normales, pero parece ser que casi todos los gigantes, a parte de por su altura, quieren destacar por sus carcajadas. En Little Garden, la isla prehistórica de la Grand Line, nos encontramos con Brogy y Dorry, gigantes de Elbaf que amenizan su lucha de 100 años con sus Kapapapa y Gygyagyagya. Tiempo después aparecen en Enies Lobby, Oimo y su Gejejejey Kashi con una risa algo así como Bwabwabwabwa. Pero el gigante que hay que destacar es Jaguar D. Saul, quien enseñó a reír a Robin con su particular Dereshishishi. Se trata, además, del primer momento en que se habla de la risa, tan fundamental en la serie, y de su importancia: “Hay que reír cuando las cosas se ponen difíciles”.
Muchas de las risas dan pistas sobre las habilidades que poseen los personajes, ya que utilizan como onomatopeya el nombre de la fruta del diablo que han comido. Es el caso de Perona y su singular Horohorohoro, debido a la fruta Horo Horo, o de Barbablanca y su Gurararara, que proviene de la fruta Gura Gura. Además, también encontramos individuos que se carcajean acorde a su estilismo. Es el caso de Miss Father’s Day, agente fronteriza de Baroque Works y compañera de Mr. 7. Vestida como una rana, se caracteriza por reírse haciendo Gerogerogero. “Gero” es la onomatopeya utilizada en Japón para representar el croar de las ranas.
Otras risas, en cambio, se convierten en un elemento distintivo de los personajes, y si se trata de villanos, les da un toque más… ¿malvado? O al menos, les proporciona más locura. Sino, qué sería de Gecko Moria sin su Kishishishi o del Dr. Hogback sin el agudo Fosfosfos. O recordemos también el Chapapapa de Fukuro del CP9 o el Sa-sa-saaa de Wanze, el loco cocinero que utiliza el Ramen como arma.
Pero la risa que sin duda no podemos olvidar y no pasa desapercibida es la de nuestro “músico-afro-esqueleto” preferido, Brook. Yohohohohoho!
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